Hay sueños que desvelan ganas de luchar, acarician miedos, susurran osadía a cada poro del tiempo.
Hay sueños que lloran por otros, haciéndose imposibles, descosiendo oportunidades.
Hay sueños que sonríen, y cualquiera en su sano juicio querría seguir durmiendo en ojeras donde el cielo decidió posarse.
Tantos sueños que jamás dejaría de soñar despierta, me encantan, y es que, mis favoritos, son los sueños hechos personas.
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