Quizás nunca te olvide, quizás nunca dejes de doler, y quizás eso haga que siga queriéndote desde cada rincón de mi alma.
Luché tanto que mis razones dejaron de existir, y mis miedos se ataron a toda esperanza que creí viva en su momento.
No pretendo seguir recordándote, no quiero hacerlo. Dueles.
Eres recuerdo, y como parte de mí, he de decirte que mi memoria está cansada de tenerte rondando, y que no dejes de pesar.
Igual me equivoco, igual vuelvo a ceder, pero prefiero abrirte la puerta amablemente, y con el callado cariño que me queda, que alejarte y pretender que alguna vez no me importaste.
Cuídate, sé feliz, pero no sigas encadenada, porque yo puedo tener cicatrices por haberte querido, pero tú siempre tendrás las heridas abiertas de un pasado que nunca te dejó ir.
Te quiero, aunque siempre duelas, aunque más me quiera yo al ver como te fuiste y no ir detrás de ti.
